En palabras del arquitecto Carlos Hernández–Carrillo. “El objetivo principal era lograr un espacio atractivo, acogedor, donde poder disfrutar de una gastronomía saludable y apta para personas con intolerancias alimenticias, pero donde cualquier otra persona sin este tipo de patologías también pudiera sentirse a gusto”.
El coste de ejecución de obra debe estar ajustado a la idea de “franquiciable” y en consecuencia ser altamente competitivo.
La integración de restaurante y venta al público de productos para celiacos se resolvió mediante unos carritos móviles que permiten ser colocados a modo de escaparate, junto a los huecos de fachada y a la vez pudiendo ser retirados en horario de comidas y cenas.
Con su estilo de interiorismo eco-industrial, la madera y la vegetación se fusionan a la perfección con el vidrio y el acero, generando un ambiente saludable sin perder su carácter urbano.
El suelo de madera natural, Medfloor Old Capri distribuido por Gabarro, el papel de la serie Anima de Cordonne con motivos vegetales y la iluminación mediante tiras de LED cálidas de Fullwat y lámparas de Nexia, marcan la estética de CELI DELI.
Otro planteamiento fundamental es la incorporación y diseño del espacio de terraza cubierta, con los mismos criterios decorativos que la sala interior. El suelo de madera tecnológica de Disegna y la estructura metálica acristalada que soporta el cerramiento de toldos móviles, nos ayuda a sentirnos como en un cenador de un precioso jardín.