Todos tenemos una idea preconcebida de lo que es una sala de entrenamiento: un espacio más o menos diáfano con los aparatos y mancuernas colocados por aquí y por allá, y a donde hemos llegado atravesando una recepción con un mostrador mejor o peor atendido con una vitrina con productos de marcas relacionadas con el sector. Nada de esto es lo que ha propuesto Estudio b76 para esta nueva y joven marca de fitness.
Desde la fachada, en chapa de acero color Titanpol negro y con su gran cristalera de una sola pieza de 360 de ancho y 310 de alto por Ferroal, a través de la cual vemos un espacio acogedoramente iluminado y amueblado con piezas de Hanbel, ya nos está hablando de algo que es mucho más que una sala donde ir a ponerse en forma.
Sala de entrada. Gimnasio Square Fitness
Textiles como el modelo Timor Delimar de Delius tapizan la gran bancada desde la que podemos contemplar la calle, una gran lámpara de pared con brazo doble de 1,5m de longitud, diseño exclusivo de Estudio b76 y fabricada por DLuz para este proyecto, nos permite leer o mantener una conversación con nuestro confidente mientras nos reclinamos cómodamente.
Fachada con gran cristalera, suministrada por Ferroal. Gimnasio Square Fitness
Un gran mostrador de madera de abeto envejecido hace las veces de recepción del gimnasio y barra del “Refuel”, parte fundamental del sistema de entretenimiento, donde tomar batidos naturales, bebidas isotónicas o ensaladas variadas después del gran consumo energético es de obligado cumplimiento. El suelo de microcemento gris de la marca CEMHER y suministrado por la empresa Kilnher se hace acogedor gracias a una gran alfombra de 385 por 330, diseño exclusivo de estudio b76 y fabricada por EGE y suministrada por Ibermoqueta.
Recepción con mostrador de abeto y barra “Refuel”. Gimnasio Square Fitness by Estudio b76
Sin duda, este espacio de salón es el eje diferenciador frente a otras salas de entrenamiento. Es el lugar para socializar y hacer club. Un espacio fundamental para la relación social entre alumnos y entre estos y el equipo de entrenamiento; es la forma perfecta de llevar más allá los 45 min de entrenamiento, creando grupo y donde otro tipo de actividades personales o colectivas pueden surgir, ayudando a la fidelización de los clientes y al afianzamiento del concepto de entrenamiento tan especial que allí se practica.
En el eje de esta sala, en el techo, además de un cuadrado de led rojo, una tira de led ámbar nos invita a seguir nuestro recorrido procesional a través de un pasillo oscuro que nos invita a comenzar nuestro proceso de concentración previó a la sesión de entrenamiento.
Salón de relación social. Gimnasio Square Fitness by Estudio b76
A la derecha dejamos un pequeño espacio concebido para los entrenamientos personales, propina de lo que nos espera al final del recorrido.
A la izquierda los vestuarios, concebidos también con una visión muy personal, contienen las taquillas en acabado Roble Hera de la marca Finsa; frente a una bancada en madera natural, los lavabos negros modelo One Line de Valadares y las duchas de columna termostática Logic con rociador inox completan el espacio; paredes y suelos revestidos con material porcelánico modelo Fidenza de Tau cerámica.
La iluminación mediante luminarias cilíndricas colgadas del techo modelo enola de SLV en acabado latón envejecido, crea intimidad y domestica un espacio, el vestuario, que normalmente suele pecar de fría asepsia.
Saliendo del vestuario y siguiendo el camino que la iluminación lineal ámbar nos estaba marcando, descendemos por las escaleras que nos dirigen y dan la bienvenida al mismísimo infierno: “wellcome to hell”.
Wellcome to hell. Gimnasio Square Fitness by Estudio b76
La especial sala de entrenamiento es un espacio revestido en color negro y espejos en las paredes y con césped artificial también de color negro fabricado por Living Grass como revestimiento de suelo; la iluminación, con un sistema RGB de FullWatt distribuido por Ukai, sobre unas estructuras cuadradas de aluminio flotan misteriosamente bajo el techo acústico en Celentic A de la marca Maydisa. Esa iluminación confiere al espacio una sensación inmaterial perfecta para la concentración en esos 45 minutos intensos de entrenamiento, tan sólo la pared del fondo en ladrillo visto original del sótano del inmueble nos recuerda que estamos en una construcción real y no producto de nuestra imaginación.