Lagunilla y Tritoncillo, hijos de Cibeles (fotografía: Carlos Franco)
LOS MURALES DE CARLOS FRANCO Y EL INTERIORISMO DEL HOTEL PESTANA PLAZA MAYOR DE ESTUDIO B76
En el año 2015, el Dr. Dionisio Pestana, nos encargó el proyecto para la reforma del edificio conocido como Casa de la Carnicería, situado en la Plaza Mayor de Madrid. El objetivo era convertir este inmueble, patrimonio histórico y antiguo Depósito General de Carnes, en el primer hotel que la compañía Pestana Hotel Group iba a tener en la Capital.
En nuestra primera visita al edificio, pudimos asomarnos a uno de sus balcones y contemplar frente a nosotros, al otro lado de la Plaza Mayor, La Real Casa de la Panadería, hermano mayor de nuestro edificio, origen de La Plaza Mayor y desde 1985 Monumento Histórico Artístico Nacional.
Vista de la Plaza Mayor y la Real Casa de la Panadería desde el Hotel Pestana Plaza Mayor (fotografía: Octavian Craciun).
Su fachada, con sus temas mitológicos, obra del pintor Carlos Franco, vibraban bajo el sol de una primavera madrileña, limpia y azul.
Los dioses, musas y seres míticos allí representados, transmitían belleza y amor a la vida con todas sus contradicciones. Este elogio apasionado, los trazos sensuales y el colorido de las pinceladas del artista, ya no nos abandonarían ni un solo instante a lo largo de los cuatro años de creación y construcción de este nuevo hotel.
Majo del Motín de Esquilache y Panaderico (fotografía: Carlos Franco)
Aquella maravillosa obra mural, tuvo su origen en 1989, cuando Carlos Franco ganó el concurso para cubrir la fachada de la Casa de la Panadería; representa la mitología clásica ligada a la Villa y Corte de Madrid. Como motivo principal, las bodas entre La diosa Cibeles y Nautilo, dios de las aguas subterráneas, aguas que tanto abundan en Madrid. Su prole, insigne descendencia, las musas y otros motivos históricos y mitológicos ligados a la historia de la ciudad, completan la totalidad de las paredes revocadas del edificio.
Esos fantásticos murales, insertados en un edificio histórico en pleno centro de Madrid, no son sólo fruto de un grandioso artista, sino un milagro contemporáneo, que además de los avatares propios de una complicada técnica tuvo que superar los conflictos políticos y las mezquindades humanas que a punto estuvieron de dar al traste con esta obra digna tan sólo de los Grandes.
Gracias al tenaz deseo creativo de Carlos Franco, hemos podido disfrutar e inspirarnos en su obra para afrontar el complicado reto de convertir la Casa de la Carnicería en el actual hotel Pestana Plaza Mayor. Es su barroco trazado y colorido, así como su respeto por la historia y esa forma de narrarla a modo de un precioso cuento mitológico, lo que nos embauco e impregno cada detalle de nuestro proyecto.
Tanto Agustín Martínez Gil, como yo mismo, empezamos a flotar en el tiempo y el espacio de aquel edificio histórico que el destino quiso que rehabilitáramos y devolviéramos a una nueva vida, y fue precisamente la obra de Carlos Franco, la que nos sirvió de argumento para contar nuestro propio cuento, con el único y noble fin de hacer entretenida y feliz la estancia de los nuevos inquilinos, habitantes espontáneos del nuevo hotel que estábamos proyectando y diseñando.
Terminado ya y en pleno y exitoso funcionamiento, era grande nuestro deseo de invitar a Carlos a conocer nuestra obra y poder expresarle nuestro agradecimiento por lo fácil que su inspiración hizo nuestro trabajo.
Con la mediación de nuestra querida Mariajo Gil, Ceo de Dimensión Comunicación, pudimos conocer en persona a Carlos Franco, en su propia casa, en el lugar más sagrado para un artista: su estudio.
Carlos Franco y Carlos Hdez-Carrillo, arquitecto de Estudio b76, en el taller del artista.
Pudimos disfrutar de una maravillosa charla y de la proximidad de sus obras, que con su colorido y onírica temática nos envolvían hasta casi tocarnos.
Obra de Carlos Franco.
Comenzamos a hablar del proceso creativo y técnico de su obra mural en La Real Casa de la Panadería, mostrándonos los primeros bocetos y las fotografías de cómo evolucionó la pintura de Baco; enseñándonos las distintas fases del traspaso del dibujo de los bocetos al revoco y del aplicado de la pintura, donde al igual que en la buena arquitectura, cada paso de la evolución creativa es una obra de arte en sí misma.
Bocetos, previos al traspaso sobre la superficie mural (fotografía: Carlos Franco).
Evolución de la pintura mural de Baco sobre la fachada de la Casa de la Panadería (fotografía: Carlos Franco).
Nos mostró el lugar donde las primeras pruebas a escala que hizo Carlos aun descansaban, allí mismo, sobre la fachada trasera de su propio estudio. Pudimos compararlas con el finalmente ejecutado sobre la fachada de la Panadería, donde parece que los azules fueron ganando terreno a los ocres y tierras, tal vez influjo del luminoso cielo azul de la capital.
Primer mural sobre la fachada del estudio Vs mural finalmente ejecutado sobre la fachada de La Panadería (fotografía: Carlos Franco).
Pero aun a pesar de tanto arte, lo que más nos fascinó fue conocer a la persona, mente culta sobre un bello corazón, humana y próxima.
Nuestro más sincero agradecimiento por la inspiración de su obra, que tanto nos ha ayudado a convertir nuestro último hotel, Pestana Plaza Mayor, en lo que es.
Para fortuna de todos, es probable que en el hotel se comience a comercializar un maravilloso libro que describe y explica con todo detalle, el porqué de cada uno de los personajes mitológicos e históricos que decoran la fachada de la Casa de la Panadería. No puedo más que recomendaros que lo compréis y disfrutéis leyendo y observando tan magna obra desde cualquiera de los balcones de nuestro hotel.