La escasa movilidad laboral española que se perfilaba hace unos años está cambiando y hay muchos ciudadanos que están empezando a apostar por el alquiler como una fórmula tan válida como la compra para acceder a una vivienda. A esto contribuye que se han dado muchos pasos para lograr un mercado más amplio, profesional, competitivo, de calidad y maduro.
Las obras ligadas al espacio residencial privado forman también una parte fundamental de Estudio b76. Más de 38.000m2 de viviendas únicas por su diseño, distribución y soluciones constructivas, son nuestra experiencia en este sector. Además, no sólo la reforma integral de viviendas ocupa parte de nuestro trabajo, la creciente demanda de alquileres no sólo exige una completa adecuación de los intereses del futuro inquilino en cuanto a su hogar se refiere, sino también a las zonas comunes que forman también parte de su casa.
En nuestro caso, la Fundación Alonso Martín Escudero ha depositado su confianza en Estudio b76 más de dos años para la realización de un nuevo concepto de rehabilitación, de reforma de las zonas comunes de tres torres de viviendas en alquiler, que dicha Fundación tiene en propiedad. Son propuestas rotundas y singulares. Integración y personalidad propia, espacios de vanguardia, funcionales, rigurosos y tecnológicamente avanzados son los que desarrollamos desde nuestro estudio. Tener siempre en cuenta la luz, la accesibilidad tanto de personas con dificultades en la movilidad como para las continuas mudanzas que se realizan, así como la inclusión de piezas claves que se utilizan con gran eficacia para crear una atmósfera adecuada, son fundamentales para que se establezca una gran primera impresión.
Por otra parte, tanto José Luis Bilbao como Carlos Hernández-Carrillo, ambos socios de Estudio b76 aportan una visión global afirmando que «invertir en los elementos comunes de un bloque de viviendas, el portal por ejemplo, mediante un proyecto y diseño de calidad, revaloriza automáticamente el valor en venta o alquiler de todas y cada una de las viviendas a las que sirve, 110 en este caso. Por otro lado, el precio de obra se divide entre cada una de esas 110 viviendas, convirtiéndose en un coste perfectamente asumible, equivalente a poco más de una mensualidad de alquiler. Es una inversión de rentabilidad garantizada, que estoy convencido los propietarios de patrimonio en alquiler y las propias comunidades de vecinos pronto entenderán y aplicarán. Tampoco estaría mal, que las autoridades públicas entendieran el potencial de estimular este tipo de inversión, por el empleo y mejora del patrimonio inmobiliario de la ciudad que esto supondría, y la favorecieran mediante estímulos fiscales o mayor aprovechamiento edificable en sótanos o áticos del inmueble rehabilitado, como ya hacen en otros países europeos.»
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