En ella dice que: «No es proporcionado reservar la actividad de edificación según los usos. Si un profesional, como un ingeniero, es competente para realizar una edificación, se entiende que también será capaz de realizar otras con independencia de su uso.»
¡Y el político de turno que ha escrito esto se ha quedado a gusto, presumirá de liberal y moderno y seguro además se creerá que favorece la competencia!
Claro, es lo mismo construir un almacén de pienso que un bloque de viviendas, una nave industrial que un museo, un pajar que rehabilitar un palacete decimonónico.
Con saber de estructuras, construcción e instalaciones es suficiente. ¡Anda! ¿y para qué estudié dos años de Análisis de Formas, un año de Geometría Descriptiva, Elementos de Composición, Historia de la arquitectura, Composición de Formas, Urbanismo y…tres años de proyectos entre otras asignaturas “inútiles”?
¡Ahora que lo pienso!, ¿por qué el cirujano que me operó del menisco tiene que saber del sistema respiratorio, circulatorio, digestivo…?
Mejor dicho, ya que sabe operar del menisco, pues que también me opere de un tumor cerebral y nos ahorramos tantos años de especialización en los profesionales de nuestro sistema público de sanidad, que seguro nos ahorramos una pasta.
Mira, lo importante de una edificación es que no se caiga, no nos mojemos y no pasemos frio. Su composición y estética, su integración urbana e histórica, su valor cultural, su calidad espacial son perfectamente prescindibles, ¿para qué queremos un profesional capaz de unificar y aplicar todos estos valores ancestrales a nuestras edificaciones?, son caprichos burgueses antirrevolucionarios; ¡qué cosas! nunca pude imaginarme que los liberales y los estalinistas pudieran estar ideológicamente tan cerca.
Y además, si un Alcalde, un presidente de CCAA, un Ministro o el propio Presidente del Gobierno pueden ejercer como tales sin necesidad de haber pasado el bachillerato o de tener unos mínimos conocimientos de inglés, ¿para qué exigir titulación específica a los que van a construir los espacios donde vamos a descansar, trabajar, divertirnos, educarnos, convivir…?
Si un político puede ser hoy alcalde de Pinganillo de Abajo, mañana ministro de Cultura y pasado darse un garbeo por Europa de Consejero de no sé qué Departamento de Subvenciones a la Agricultura, ¿porque un Ingeniero Industrial o agrónomo, que ¡además son ingenieros!, no van a poder proyectar un bloque de viviendas, el ayuntamiento o un colegio para nuestros hijos? ¡Qué más da tornillos que cerdos que…hijos!
Reflexión post cachondeo:
¿No será que lo que hace falta es una Ley de Servicios y Titulaciones para Cargos Políticos?
Enlaces a varios comunicados de interés al respecto, os recomendamos el suscrito por Diego Carreño en Somos Arquitectura:
– Asociación de Arquitectos (aA)
– CSAE
– COAM
Para firmar en contra del Borrador pincha aquí,