La energía humana Neoyorkina, cada cierto tiempo, se condensa en pequeños barrios que se reinventan, SoHo, Chelsea, Greenwich Village, Meatpacking, concentrando la capacidad visionaria que NY aun es capaz de mostrarnos y que es alimento necesario para que el resto de su organismo, incluso el más kitsch, siga vivito y coleando después de un siglo de reinado.
Williansburg en Brookling es, desde hace ya unos años, el nuevo polo de atracción de esa juventud creativa, alternativa y pija, inconformista y liberal, amante del vintage y de todo lo novedoso y sorprendente, los Hipsters.
Como arquitecto se disfruta cada metro de acera que recorres. Combinación de una arquitectura industrial caduca, rehabilitada por golpes de creatividad privada, individual, sin programa preestablecido, pero cuya suma genera un conjunto de personalidad única. Más que verse, se respira, se siente una energía creativa que contagia e inspira. Edificios de fábrica de ladrillo austeros y funcionales, sin valor arquitectónico intrínseco, que su uso, el tiempo y las deformaciones estructurales han sabido decorar y cargar de expresionismo.
Esta estructura urbana es el contenedor perfecto de una combinación entre creatividad y espíritu emprendedor, que deja a cada paso perfectas ideas de negocio, pequeños comercios de alimentación, de ropa, de decoración, cafés, restaurantes, salas de concierto…Todos ellos cargados de excepcionalidad y diseño, siempre para un sector social que combina ciertos recursos y sensibilidad. Arte e idea de negocio que van de la mano en este barrio de Brookling, visita recomendada y casi obligada para los que buscan Otros Nueva York.
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Recomendaciones para un paseo por Williansburg:
Cervecita y música en directo en el Radegasthall & Biergarten; aprende la quintaesencia de la buena cerveza, ¡bien tirada! Aunque pueda sorprender, en Nueva York no son muchos los sitios donde te saben tirar cerveza. 113 North 3rd St.
Brunch en Sweetwater Restaurant, 105 de North 6th St, sin pretensiones, cálido, casero y sabroso.
O si te gustan las ostras y el sake no dejes de entrar en el bar Akariba, una caja de madera que es un lujo de diseño realizado con lo más «básico», intimismo acogedor, en la escala de lo pequeñito y natural; reservar, en la North 6th Stcon White Avenue.
Un buen café en la tostadora Bakeri del 150 de Wythe Avenue, todo un lujo para la ciudad donde probablemente se consume el peor café del mundo. Y para cenar, en Sea, no dejes de visitar los aseos de esa nave industrial reconvertida en restaurante con estanque incluido.